A. Rodín |
Existe una necesidad de diálogo entre los diferentes enfoques psicoterapéuticos, tanto en función del beneficio para el paciente como para un mejor desarrollo de los recursos terapéuticos de cada uno de estos enfoques.
Este diálogo se enriquece si incluye también a las neurociencias pues adquiere un mayor potencial heurístico y permite crear un terreno compartido para el cotejo entre los distintos enfoques y la búsqueda de una mayor coherencia externa. Este diálogo no implica en modo alguno una postura reduccionista de lo mental a lo físico, sino todo lo contrario, pues los desarrollos actuales de las neurociencias, apoyados en los hallazgos sobre hechos tales como la plasticidad cerebral o el efecto del ambiente sobre la expresión génica, dan lugar a modelos complejos de interrelación mutua, en los que se busca comprender, al decir de LeDoux (2002), cómo el cerebro se convierte en quienes somos.
Ricardo Bernardi y Sara Goldstein
El trabajo pasará revista a algunos de los campos donde este diálogo entre las psicoterapias y las neurociencias se ha mostrado más fecundo y cargado de consecuencias (tales como el campo de la memoria, y de la regulación afectiva), para centrarse en los aportes actuales que permiten examinar las bases biológicas y evolutivas de la relación terapéutica. En ese sentido se
examinarán los fenómenos de imitación y empatía a la luz de los trabajos sobre las neuronas espejo, así como a la discriminación con el otro y la detección de las contingencias en la interacción, incluyendo la perspectiva surgida de los estudios del desarrollo. Se discutirá la significación de estos hallazgos para una mejor comprensión y discusión de los fenómenos señalados desde hace mucho en los estudios clínicos sobre la relación terapéutica.
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