¿Es necesaria una nueva “reforma psiquiátrica”?
Los trastornos psicóticos son aquellos que probablemente causan más sufrimiento y repercusiones tanto a nivel psicológico (individual y familiar), como económico y social. En la actual coyuntura de la Europa “desarrollada”, hay que contar con que, probablemente, el coste económico del cuidado de una persona con ese tipo de trastornos supone un mínimo de 12.000 euros anuales si tenemos en cuenta no sólo los costos en fármacos, internamientos, personal cuidante, etc., es decir, los costos asistenciales, sino los gastos totales. Por ejemplo, los costos económicos y sociales que suponen las jornadas de trabajo desaprovechadas tanto por el paciente como por su familia en la “civilizada Europa”.
Como técnicos, como especialistas en el problema, hemos de de confesar que nuestros resultados, a pesar de ese consumo de medios y sufrimientos, siguen siendo bien magros (Jablenski et al. 1992; Olsen y Resenbaum 2006). Y mucho más si se comparan esos resultados con los obtenidos en el cuidado de este tipo de pacientes en países “en vías de desarrollo”, en países que frecuentemente no disponen de los “avances” proporcionados por la medicina occidental: servicios de ingreso, neurolépticos, sofisticadas intervenciones psicosociales...
Jorge L. Tizón
Si te interesa este articulo lo puedes leer completo en: http://documentacion.aen.es/pdf/atopos/2007/revista-06/los-cuidados-democraticos-de-la-psicosis.pdf
"Nuestra A.P.A. y similares
ResponderEliminarhablan de enfermedades “resistentes”... Es
decir, por un lado, de enfermedades y no de
trastornos (error interesado, y no sólo de traducción,
sino epistemológico y teórico). Después, se
da a entender que son resistentes “al tratamiento”...
Y cuando uno lee esos trabajos, llega rápidamente
a la conclusión de que se trata de “depresiones”
y “esquizofrenias” cosificadas,
desvinculadas del sujeto que padece dichos
trastornos. “Enfermedades” que, además, son
tratadas en esas experiencias por medios exclusivamente
farmacológicos (cuando no funciona
el fármaco “a”, use el fármaco “b”), en servicios
a menudo sobresaturados, con personal no formado
para otros tipos de terapias (por ejemplo,
las psicosociales y las psicoterapias), con personal
desmotivado, desmoralizado, desinteresado
de la consideración del consultante como “sujeto"
Es como para pararse a pensar
Completamente de acuerdo Carlos, pero ante la pregunta del encabezamiento "¿Es necesaria una nueva “reforma psiquiátrica”?", me surgen demasiadas controversias. Otra reforma, ¿para qué? ¿Acaso no hemos visto lo suficiente como para aprender que nos engañan siempre?
ResponderEliminarUn artículo sin desperdicio de principio a fin.
ResponderEliminarGracias por contribuir con el material de este blog a la formación crítica y de calidad de los profesionales de la salud mental.
Esther.